El teatro a veces simplemente es una cuestión de sensaciones como las que pueden producir en el espectador la sola presencia del sonido y la música. Una llamada al despertar de nuestros sentidos es lo que plantea Shhh… El coleccionista de sonidos. Su título da una pista sobre lo que nos encontraremos sobre el escenario. Un espacio donde el reino de la palabra, durante la representación no se escuchará ninguna, sucumbe ante el sonido, los ruidos, y la escenografía.
Esta obra, representada durante la pasada primavera en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez, pertenece al denominado teatro gestual y no deja a nadie indiferente. Producida por La Factoría Los Sánchez e Imaginary Landscape está pensada para desafiar la imaginación de los niños, de entre 0 y 5 años, a quienes va dirigido el espectáculo.
Su argumento es simple puesto que la tarea de su protagonista consiste en buscar sonidos para su colección. Esta afición le lleva a realizar un paseo sonoro por el bosque en busca de aquellos que son más peculiares y extraños. Para ello contará con la ayuda de una maquina muy especial que fabricará los sonidos que él necesita. Entretanto, durante los 35 minutos que dura la función, se sucederán cantos desde lugares insólitos y la música sonará, escondida tras cada paso que da su protagonista.
Sin texto, con sonidos creados in situ y con música en directo de Mozart, Vivaldi, Boccherini y Rimsky Korsakov se desarrolla este paseo sonoro que es un alegato también a la naturaleza. Como sobran las palabras lo mas adecuado sería utilizar onomatopeyas para terminar esta recomendación. Pero incluso para esto último es mejor usar los medios audiovisuales para que os hagáis una idea de lo que os espera durante la función.
Shhhhhhhhhhhhh, pam, croac, fiuuuuuuu... ¡bienvenidos al bosque!
